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June Almeida, la viróloga que identificó por primera vez un coronavirus

Nació un 5 de octubre de 1930 y hoy queremos conmemorar su larga trayectoria y vocación, que fue prácticamente invisible hasta la aparición de la pandemia del COVID-19.

Por Ana María Muñoz

En el año 2020, la palabra coronavirus pasó de ser un concepto más para las y los trabajadores del área de la medicina, para convertirse en una de las palabras más buscadas en internet. Millones de personas alrededor del mundo comenzaron a usarla para referirse a la pandemia que nos mantuvo a todos encerrados en nuestras casas para evitar el contagio, que podía ser mortal. Las formas de trabajo, al igual que las formas de enseñar, debieron adaptarse al formato online. El mundo para muchos se paralizó.

Para otros, en cambio, no hubo más opción que seguir, a pesar del peligro de esta denominada pandemia del coronavirus. Esta fue la realidad especialmente para doctores, doctoras, enfermeros, enfermeras y el resto de funcionarios y funcionarias de la salud. Pero además de cumplir un rol principal en hospitales y consultorios para enfrentar esta pandemia, también tuvieron un rol en la difusión de información y conocimiento respecto no sólo de las medidas de prevención de la COVID-19 sino que también sobre lo que realmente es un coronavirus.

“Veo al virus rodeado por un halo, como si fuera una corona solar” fue la primera descripción que se ha hecho sobre un virus de la familia de los coronavirus y fue identificado por June Almeida, en el año 1964. Lo que ella vio a través de su microscopio eléctrico fue una imagen clara que nunca antes se había obtenido. Para lograrlo, ideó un nuevo método a través del uso de anticuerpos desarrollados en animales o humanos, que hacían que los virus se agruparan en torno a ellos. Al hacerlos resaltar con ácido fosfotúngstico, un tinte que se empleaba para colorear ciertos cultivos de tejidos de mamíferos, consiguió una técnica eficaz y rápida para fotografiar un virus. Con este método, un proceso que podía tomar semanas en un laboratorio se redujo a unas cuantas horas.

Antes de identificar a los coronavirus, June Almeida pudo fotografiar el virus de la rubéola, también conocido como sarampión, una infección que causa erupciones en la piel. En ese entonces, ella trabajaba como investigadora en Canadá. Antes de eso, se desempeñó como técnica de laboratorio en histopatología en el Hospital de Saint Bartholomew en Londres, donde conoció a quien se convirtió en su esposo, el artista Enriques Almeida.

June Dalziel Hart –su nombre de soltera—nació el 5 de octubre de 1930 en una familia escocesa de muy bajos recursos económicos, una condición que la obligó a abandonar sus estudios a los 16 años. Sin embargo, su amor por las ciencias médicas y el deseo de ayudar a su familia la llevaron a conseguir un empleo como aprendiz de laboratorio en el Glasgow Royal Infirmary. Ahí aprendió todo lo que necesitó para que, en 1963, cuando ya había decidido mudarse a Canadá con su esposo y su hija, decidiera que la falta estudios universitarios no sería un impedimento para seguir desarrollando su carrera en el estudio de la virología.

En el Instituto del Cáncer de Ontario, además de desarrollar técnicas de microscopía, comenzó a publicar artículos científicos sobre estructuras víricas que le otorgaron el reconocimiento necesario para que el doctor David Tyrrell le ofreciera la oportunidad de trabajar juntos en el Hospital Saint Thomas de Londres. Tyrrell se encontraba en medio de una investigación sobre el resfriado común cuando él y su equipo identificaron un virus que mostraba un comportamiento inusual al que nombraron “B814”. Aunque era similar a la gripe, no lograban cultivarlo en el laboratorio. La única manera en que podrían confirmar si habían descubierto un nuevo tipo de virus era obteniendo una imagen.

La persona indicada para esta tarea fue June Almeida. Gracias a sus habilidades y sus novedosas técnicas, obtuvieron las fotografías con las que caracterizaron a este nuevo grupo de virus. Tras analizar su apariencia, decidieron que la palabra corona era perfecta para nombrarlos pues describía su estructura similar a una corona solar.

Este trabajo colaborativo eventualmente permitió a June Almeida estudiar un doctorado en la Escuela Médica de Posgrado de Londres y trabajar el Instituto Británico Wellcome hasta su retiro. A lo largo de su vida hizo aportes a la medicina que le consiguieron un nombre en la historia de la virología, como la publicación en 1979 del Manual de diagnóstico rápido de virus en el laboratorio, para la Organización Mundial de la Salud y también su asistencia en la investigación que tomó las primeras imágenes del virus del VIH, a finales de la década de los ochenta.

Hoy queremos conmemorar su larga trayectoria y su vocación, que fue prácticamente invisible hasta la aparición de la pandemia del COVID-19. Gracias a sus descubrimientos y sus esfuerzos por mejorar las herramientas usadas en laboratorios, hoy podemos decir que el mundo de las enfermedades y los virus no está tan lejos de nuestra vista. Es más, gracias a June Almeida, hoy tenemos la capacidad de observarlos e identificarlos para aprender a combatirlos y salvar la vida de millones de personas a diario.