El 11 de septiembre de 1973 el Golpe de Estado cívico-militar interrumpió la convivencia democrática, marcando la historia de Chile y de quienes habitamos este territorio. A 50 años de ese episodio diversas instituciones culturales han revisitado ese pasado para proyectarlo hacia el futuro, desde un sustrato cultural donde convergen diversas disciplinas, creaciones artísticas y patrimonios.
Los museos y espacios culturales son hoy comprendidos como lugares donde también las ideas se encuentran, donde se potencian y cruzan los diálogos comunes para poder ir trascendiendo, superando y recomponiendo el contexto social, ecosistémico y democrático.
El Centro Interactivo de los Conocimientos (que incuba al Museo Interactivo Mirador, al Museo Interactivo de la Astronomía y el Bosque Adriana Hoffmann, entre otros espacios) no ha permanecido ajeno a este momento histórico que nos remueve como nación.
En ese contexto, se han emprendido dos significativas acciones que estamos impulsando en el marco de la conmemoración de los 50 años: el nacimiento del “Bosque de la Memoria” y la investigación de un archivo local de la comuna de La Granja, donde está enclavado este espacio que se ha convertido en un baluarte de la relación entre la ciencia, el arte y la naturaleza.
El 16 de agosto se plantaron en el parque 100 árboles nativos que dan vida al “Bosque de la Memoria”, un entorno natural que nos habla de la capacidad regeneradora, de cobijo y de protección que brinda la naturaleza; en una actividad en conjunto con la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de la Región Metropolitana, la Seremi de Agricultura RM junto a Conaf RM, la Red de Sitios de Memoria.
Este espacio crecerá con el correr de los años para invitar a la ciudadanía a un espacio de encuentro en torno a la reflexión y contacto con la naturaleza y la idea de los árboles como regeneradores de un ecosistema para la continuidad de la vida. Niños, niñas, jóvenes y adultos de hoy y de las generaciones que están por venir, podrán ver cómo estas especies nativas crecen y comienzan a dar sombra y cobijo.
El Bosque de la Memoria cuenta con 100 árboles de ocho especies nativas (Pelú, Algarrobo Chileno y Blanco, Mayo, Belloto del Norte, Quillay, Molle y Boldo), y es un espacio que permitirá poner en práctica uno de los valores más importantes de la democracia: el de conversar para superar diferencias.
Otra iniciativa que comenzó su rodaje de investigación hace algunas semanas es el Archivo Local de La Granja, que surge en el marco de un acuerdo de colaboración con el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, que se firmó en noviembre de 2022, y que culminará con un hito de devolución junto a organizaciones sociales y comunitarias.
Este proceso nace desde la idea de conocer la memoria del Centro Interactivo de los Conocimientos y del MIM, así como de los otros espacios que lo componen; entendiendo que, como un micelio, las instituciones se enlazan por una red invisible con su territorio, y uno de sus fundamentos básicos para comprenderlas es justamente conocer su historia y la historia antes de su historia. Para ello, es clave entender el contexto histórico, político y social del lugar donde fue construido, así como su impacto en las comunidades.
El trabajo busca articular acciones para documentar, por ejemplo, la labor realizada por el Colectivo de Acciones de Arte (CADA) en la comuna de La Granja en el año 1979. Esta agrupación, fundada por Fernando Balcells, Juan Castillo, Diamela Eltit, Lotty Rosenfeld y Raúl Zurita, concebía a la ciudad como un museo, la sociedad como un grupo de artistas y a la vida como una obra de arte factible de ser corregida.
Por esos años, CADA llevó adelante la acción “Para no morir de hambre en el arte”, en la que utilizaron envases de bolsas de leche entregadas a familias de La Granja, que luego fueron parte de las medidas tomadas por Salvador Allende y permitieron garantizar este alimento diario para niños y niñas; y que más tarde fueron transformadas en obras de arte, expuestas en la Galería Centro Imagen.
La investigación la están llevando a cabo Rodrigo Suárez, magíster en Sociología de la Universidad Alberto Hurtado; y la artista visual Amaranta Espinoza; y tiene tres líneas de trabajo: violencia política estatal, salud, y trabajo comunitario y formación de las poblaciones San Gregorio, Yungay, Joao Goulart y Malaquías Concha, con las cuales el Centro Interactivo de los Conocimientos comparte una historia en común.
Además, el trabajo integra a la Escuela Casa Azul de La Granja, quienes también están colaborando en construir colectivamente la memoria del territorio.