El Museo Interactivo Mirador (MIM), fundado en el año 2000, ha iniciado un proceso de transformación de sus lineamientos editoriales, actualizando su rol como museo donde ahora las artes, las ciencias y la naturaleza son parte fundamental de su relato dirigido a personas de diversas edades.
En 2021 su administración transitó desde el Ministerio de Educación al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, e inició un proceso de evolución para dar sustento a su rol y función en el ecosistema de museos, donde ahora investigación, formación, conservación y divulgación de las artes y las ciencias son los ejes estructurales de su identidad.
En este nuevo ciclo la interacción con la comunidad será fundamental para implementar políticas públicas orientadas a la concientización y educación socioambiental, derechos humanos, interculturalidad y equidad de género, y poner estas materias al servicio de la sociedad.
Para lograr este objetivo, se incorpora la Dirección de Contenidos a la estructura del museo, el que incuba un programa curatorial, una agenda de acción pública y el desarrollo de un Centro de Documentación y Archivos, espacio físico y virtual dedicado a la investigación y preservación de la memoria de la institución, de las ciencias y las artes mediales y audiovisuales realizadas por la comunidad local, y también un repositorio especializado en estas prácticas, en diálogo con otros centros de documentación nacionales e internacionales, y con la misión de resguardar una Colección de Artes Mediales y Audiovisuales para el MIM.
También se convertirá la dirección de Servicios al Visitante en Dirección de Comunidades y Servicios, donde se incuban metodologías de ciencias de datos, para sumar las experiencias e información de las personas que interactúan con el museo, tanto en su espacio de Santiago como en otros territorios e internet, y de esta forma incorporar métricas para la futura toma de decisiones, convirtiendo el museo en un gran observatorio de datos de su realidad basada en las personas.
Otras iniciativas fundamentales que se concretarán durante el 2022 son la construcción del Jardín Nativo Adriana Hoffmann, donde se destinará más de cinco hectáreas del museo en la conservación ecológica y educación socioambiental, iniciativa que rinde homenaje a una de las más importantes defensoras de los bosques en Chile, y que cuenta con el respaldo científico del Jardín Botánico Chagual y el Parque Metropolitano del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, expandiendo la experiencia educativa del museo hacia el exterior y en contacto con la naturaleza; y el Programa Cultura Astronómica, que potenciará y desarrollará programas de investigación, divulgación y generación de contenidos en torno a los conocimientos que surgen de la observación del universo desde Chile.
También se recuperará la icónica obra “Rueda de Larmahue”, monumental escultura que habita en el MIM, creada por el premio nacional de Artes Plásticas 2021, Francisco Gacitúa, y que es parte del patrimonio de la institución. Esta recuperación simboliza la fuerza de este nuevo ciclo, el cual se basa en la mirada otorgada por quienes le dieron vida originalmente al Museo Interactivo Mirador.
Otro de lo nuevos enfoques de este nuevo ciclo del MIM es ver al museo como escuela, abierto a la generación de investigaciones sobre los paradigmas del presente, donde las experiencias y conocimientos que surgen de este espacio, tanto de visitantes como trabajadores, nos entregan otra visión de nuestra realidad.
En ese sentido, se crearán diversas Escuelas Talleres, espacios donde la formación y traspaso interactivo de conocimientos ocurre desde la generación activa de proyectos específicos, que serán expuestos o dados a conocer tanto en el museo como en otros espacios, volviendo, con la información de hoy, a metodologías donde las artes y oficios eran parte fundamental de nuestras vidas.
Nacerá la Escuela Taller de Educación, que desarrollará metodologías educativas y programas de formación continua tanto para trabajadoras y trabajadores del museo como para visitantes y otros públicos específicos. A los Facilitadores y Divulgadores se sumará la figura de “Mediador aprendiz”, personas de diversos conocimientos que están en los últimos años de sus carreras, y que tienen la misión de generar conexiones y relatos entre los contenidos del museo y la comunidad, quienes tendrán la posibilidad de especializarse en el MIM durante un año, para luego dar paso a un siguiente grupo humano.
Surge también la Escuela Taller de Oficios Museográficos, un espacio donde la formación y puesta en práctica de los oficios museales tiene un rol continuo, incorporándose a los esfuerzos por profesionalizar las prácticas específicas de las y los trabajadores de museos en Chile. Consiste en un programa educativo y de residencias, que permitirá al quehacer del actual Taller de la Creación del MIM, compartir con otras personas desde una metodología específica, poner en valor los conocimientos que se han desarrollado a lo largo de 22 años de historia.
También nacerá la Escuela Taller de Oficios Gráficos, con la habilitación de un programa y espacio destinado a la formación, investigación y producción en torno las artes, ciencias y oficios gráficos, recuperando el antiguo Taller de Imprenta del museo. En este espacio se editarán y publicarán diversas piezas gráficas, desde volantes, bitácoras, cajas didácticas y libros, destinados a entregar a la comunidad tanto conocimientos como obras coleccionables.
Se cumplirá un antiguo proyecto del museo al incorporar la Escuela Taller de los Alimentos, que transformará el actual casino y su servicio de alimentación en una experiencia de aprendizaje, educativa, y de disfrute en torno a las artes y ciencias gastronómicas, donde la sustentabilidad y la cultura asociada a los alimentos serán fundamentales para enfrentar temas como inmunidad, nutrición consciente y rescate del patrimonio culinario local, transformándose de esta forma en un espacio de encuentro para la comunidad.
En esta nueva etapa, el MIM también se propone iniciar un proceso la comunidad museal y sus vecinos, mediante un trabajo que implica abarcar desde la dimensión del uso ético y consciente de las redes sociales, hasta el papel que deben desempeñar los museos dentro de sus propias comunidades.
En ese contexto, el museo inició un plan de mejora de los estándares laborales para trabajadores y trabajadoras, a través de acciones permanentes que convoquen la participación y mejoren su calidad de vida.
Algunos hitos son la reducción de la jornada laboral a 40 horas, lo cual significará un cambio en los horarios de funcionamiento del museo. A esto se suma a la ejecución de un plan de nivelación de rentas para reducir las brechas salariales, actualización de perfiles y reconocimiento de labores; entre otras acciones. Además, se llevarán a cabo renovaciones de infraestructura y la creación de espacios comunitarios, de encuentro y de descanso para la comunidad de trabajadoras y trabajadores del museo.
El trabajo con las comunidades donde el museo se sitúa, se basará, además de programas especiales de gratuidad para las y los vecinos, en la activación de programas de artes y ciencias ciudadanas, para el levantamiento de datos que incorporan inteligencias territoriales para la toma de decisiones y la construcción de planes urbanos basados en las necesidades de las personas. Las escuelas talleres de esta forma se abrirán para la comunidad vecina del museo, donde no solo se enseñará, sino que también se incorporarán los conocimientos de las sabidurías locales.