Desde este martes 29 se realizará en el Museo Interactivo Mirador el taller “Montañas fantásticas”, una experiencia iniciada por la artista chileno-mexicana con residencia en Austria, Amanda Piña, y que se estrena en el marco del proyecto “ESCUELA DE LAS MONTAÑAS Y LAS AGUAS”, impulsado por la fundación Siemens Stiftung, en conjunto con el GAM y el MIM.
Esta experiencia invita a los niños y niñas a transformarse en una montaña, para desde la performance relacionarse con el paisaje, dentro y fuera del museo, a través de la imaginación y la tecnología.
Se llevará a cabo los días martes 29, miércoles 30 de noviembre y jueves 1 de diciembre y está dirigido grupos de niños y niñas de entre 8 y 12 años, acompañados por un mediador, y tiene como fin articular una experiencia en relación con las montañas y el agua a través de la intervención digital sobre imágenes de las montañas de Santiago.
El taller consiste en compartir estrategias simples para que los participantes puedan personificar a la montaña y desde esta presencia virtual poder darle voz las mismas, a través de un marco artístico en el cual interactúen con la realidad y la ficción de las imágenes de las montañas de la región.
De esta manera, en un fondo con green-screen se grabará a cada participante personificando a la montaña, para luego colectivamente componer una imagen con las proyecciones de paisajes montañosos de Santiago. Este formato de interacción fue especialmente pensado para lograr una relación a escala con las proyecciones de territorios, que pretende combinar un acercamiento a este tema didáctico y divertido para los niños y niñas.
La motivación de “Montañas fantásticas” es producir una experiencia inmersiva con la topografía de la región en donde se emplaza el museo, entendiendo a las montañas como tecnologías naturales y como cuerpos vivos, activos en la reproducción del agua como vida; para comprender a los cuerpos de rocas, cuerpos de glaciar y cuerpos cubiertos de bosque esclerófilo en su relación con el agua y la vida de la ciudad.
La actividad propone un formato visual en el cual la experiencia personal juega un papel central. Mimetizarse con las imágenes de un territorio y darle voz, es algo poco común, y a la vez urgente desde la perspectiva de la emergencia climática.
Un aspecto importante de la intervención digital con estas imágenes de montañas, es crear colectivamente una narración no lineal producida por los niños al intervenir con las imágenes, desde su propia perspectiva. Por ello, la experiencia busca también observar y aprender del imaginario de los niños, ya que la relación con el territorio es individual y se cultiva en el tiempo de vida y a partir de la información diferenciada que cada etapa del aprendizaje escolar y parental ofrece.
La propuesta apunta a reforzar la participación de un público específico e invita a volcar la capacidad de imaginación y fantasía para entrar en relación con la presencia e importancia de las montañas.